Con la frase “Por una Iglesia sinodal. Comunión. Participación. Misión”, desde el 2021, estamos viviendo una transformación en nuestras acciones eclesiales. Bajo la convicción de fe según la cual Dios Comunión modela a su Iglesia para que sea “misterio de comunión y de misión” en el mundo, se buscan los modos de expresión de este don, de esta comunión y misión, en nuestro diario caminar hacia Dios en comunidad.
Se trata de una “conversión eclesial” que parte del ser de la Iglesia como Pueblo de Dios. Esto no consiste en refundar la Iglesia o en actualizarla copiando modelos de organización producto de otros enfoques. Más bien, se trata de considerar que la Iglesia es “unidad en la diversidad” y acoger la necesidad de reconocer y poner en práctica estilos, actitudes y estructuras útiles para “caminar juntos”, tanto al interior de nuestras comunidades, como también junto con la gran comunidad humana.
¿Qué actitudes y acciones pueden expresar un dinamismo de comunión entre nosotros para un proceder sinodal? Desde el carisma agustino, podemos reconocer tres que nos encaminan al sincero y leal compromiso de escucharnos y acompañarnos, en diálogo y con paciencia: vivir en amistad, búsqueda, y amor. En ellas encontramos esa tensión tan agustina hacia el encuentro (con Dios, con uno mismo, con el prójimo). Mons. Edinson Farfán, obispo agustino de Chiquibambilla, lo expone de la siguiente manera:
Por lo demás, los agustinos estamos viviendo desde el 2021 este proceso de conversión, muy entusiasmado puesto que la espiritualidad de comunión, tan presente en nuestra tradición, así nos convoca y anima desde el interior.