San Agustín, alumno del Maestro interior

Ustedes no se hagan llamar maestros, porque uno solo es su maestro (Mt 23, 8)... Cristo, que habita en sus corazones por la fe… (Ef 3, 17)

El sonido de nuestras palabras golpea los oídos, pero el maestro está dentro. No piensen ustedes que alguien aprende algo de otro hombre. Podemos exhortar mediante el sonido de nuestra voz, pero si no se halla dentro alguien que enseñe, el sonido que emitimos sobra. ¿Quieren una prueba, hermanos? ¿Acaso no han oído todos este sermón? ¡Cuántos no van a salir de aquí sin haber aprendido nada! En lo que de mí depende, he hablado a todos, pero aquellos a quienes no habla interiormente la Unción, a los que no enseña interiormente el Espíritu Santo, regresan con la misma ignorancia. El magisterio exterior no es más que una cierta ayuda, un poner alerta. Quien tiene su cátedra en el cielo es quien instruye los corazones (Tratado sobre la primera carta de San Juan 3, 13).

El pensamiento de san Agustín sobre la interioridad descansa en una verdad de fe: la presencia, en el interior del hombre, de Cristo Maestro y de su Espíritu. Fray Raúl Maraví, de la Orden de los Carmelitas, nos ofrece aspectos de este camino y experiencia de buscar a Dios dentro de nosotros mismos. Claro está, este itinerario no está disociado de una vida activa y de servicio, pues la fortalece.

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