Creer en Jesucristo, seguirle, acoger su estilo de vida, sus valores y actitudes… ¡nos moviliza al compromiso en busca de un cambio en nuestras sociedades que favorezca sobre todo a los más necesitados y vulnerables. Pero, ¿por dónde empezar? ¿Desde qué criterios leer y comprender la sociedad, la política, la economía, el trabajo, la crisis ambiental? ¿Cuáles criterios o valores podrían inspirar acciones que renueven estructuras para que se respeten los derechos humanos? ¿De qué ideologías debemos prevenirnos al buscar esto?
Estas y otras preguntas más, fueron abordadas en nuestro curso sincrónico Compromiso y acción social para una Iglesia en salida, del 12 de abril al 11 de mayo. Esta vez nos acompañaron 53 participantes provenientes de nuestros cuatro colegios agustinos, de la Parroquia Nuestra Señora del Consuelo, de nuestras Fraternidades Seculares, del Colegio SS.CC. Recoleta y del Colegio La Unión. Agustín Ortega, Doctor en Ciencias Sociales, Humanidades y Teología, durante 10 sesiones, acompañó el aprendizaje, ofreciendo actividades personales y grupales, resolviendo dudas y exponiendo los puntos esenciales de los escritos del episcopado latinoamericano y del papa Francisco en torno a la Doctrina y Acción Social de la Iglesia. En alianza con la Subcomisión provincial de Justicia y Paz, esta formación busca que nuestra pastoral social se renueve y alcance un nuevo horizonte que asuma un creciente compromiso y una proyección de acciones cada vez más integrales.
Fieles a nuestro estilo agustiniano, este curso no se limitó a ofrecer formación intelectual, sino que hizo apelo al corazón de los participantes, para interpelar los propios amores a la luz de la Palabra, y así poder discernir desde lo profundo de nuestros deseos e intenciones. Claro está, también ofreció noticias y profundización sobre aspectos particulares de la acción social que nuestro padre san Agustín aportó en su tiempo, al sentirse llamado a resolver situaciones injustas y violentas para muchos hermanos. El obispo de Hipona practicó aquel amor universal que deriva de la cruz de Cristo y de la presencia del Espíritu Santo en nosotros, y que impele a no tener fronteras si se trata de ayudar, y a buscar el bien integral de la persona humana.
Por lo demás, se compartieron muchos criterios y recursos válidos para emprender proyectos solidarios en comunidad, tanto en escuela como en parroquia, desde su programación hasta su ejecución y acompañamiento. En efecto, es importante en todo momento no perder el sentido y el propósito trascendente que debe acompañar la acción social comunitaria que busca atender al otro desde Cristo. Para ello ayuda mucho ejemplificar, por lo que se compartieron también muchas iniciativas presentes en la Orden Agustina, desde su presencia en la ONU hasta las fundaciones y voluntariados.
Oramos a Dios para que los participantes lleven el Evangelio a través de la acción social que realizan en colegios, parroquias y en la vida personal, fortalecidos por la Gracia, que sobreabunda cuando enciende el interior con el fuego del amor a Dios y al prójimo.
A continuación, te compartimos testimonios de algunos participantes: