3 de julio – Domingo 14.º del Tiempo Ordinario: Lc 10, 1-12.17-20

"A ti, predicador, se te paga según tu buena voluntad; se te paga según el amor que pusiste. Te paga quien te dio seguridad" por la voz del ángel: Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14)
(Sermón 101, 11)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (10, 1-12.17-20)

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saluden a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa en casa. Si entran en una ciudad y los reciben, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya en ella, y díganles: “El reino de Dios ha llegado a ustedes”. Pero si entran en una ciudad y no les reciben, saliendo a sus plazas, digan: “Hasta el polvo de su ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan que el reino de Dios ha llegado”. Les digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad». Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren: les he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada les hará daño alguno. Sin embargo, no estén alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo».

Palabra del Señor,

Gloria a ti Señor Jesús