14 de agosto – Domingo 20.º del Tiempo Ordinario: Lc 12, 49-53

No debe creer el padre que se le hace un agravio; solo Dios es preferido a él, y sin embargo, pelea con el hijo que quiere servir a Dios. Pero esa espada espiritual que separa, y que Cristo trajo al mundo, es más fuerte que la naturaleza carnal que une.
(San Agustín, Comentario al Salmo 44, 11).

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12, 49-53)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!

¿Piensan ustedes que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

Palabra del Señor, 

Gloria a ti, Señor Jesús