09 de octubre – Domingo 28.º del Tiempo Ordinario (Ciclo C)

Que Dios sea alabado con voluntad y amado con caridad; que sea amado y alabado gratuitamente. Desprecia todo el resto y tiende sólo a él (San Agustín, Comentario al Salmo 53, 10)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17, 11-19):

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano.

Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor, 

Gloria a ti, Señor Jesús